domingo, 24 de diciembre de 2017

Ensayo Sobre La Soltería Del Rey Melchor y (II)

Siguiendo la tradición Wiwichu, corresponde ahora satisfacer la petición de mi amigo Carlos, que en su blog “La Estaca Clavada” realiza una tarea imprescindible, inusual e impagable. Sencillamente ha decidido sembrar y recolectar sentimientos. Siembra los suyos a través de historias, de recuerdos, de imágenes y de conocimientos, lo que trae como inevitable consecuencia que el lector coloque los suyos, agolpados, a veces apelotonados, porque se colocan todos y cada uno de ellos, en la puerta de salida, para ser expresados sin represión alguna. Y además, recolecta los mejores de otros blogs, a los cuales retroalimenta con opiniones positivas, cariñosas y enormemente generosas. Lo que no sé si sabe, es que con cada una de sus letras elogiosas consigue un efecto multiplicador en la creatividad, el interés y el esfuerzo que este autor coloca en la siguiente entrada, en el próximo relato, en el futuro intento de poema, porque sabe que, como mínimo, va a tener su apoyo, su ánimo y su agradecimiento. Y, amigo lector, si eso no es lo que busca un humilde escriba a través de sus renglones, que venga Dios y lo vea.

Aún así, nada puede ser perfecto. Y en este caso, Carlos ha decidido aprovechar que estamos en Navidad, y que antoniadis9.con está en situación de barra libre absoluta, para resolver una incógnita que ha atormentado a generaciones y generaciones de niños y niñas: “La Soltería Del Rey Melchor”

Como me considero incapaz de negarle nada a Carlos, he decidido investigar a conciencia en esta incógnita histórica, para ofrecer una razonable explicación a mi querido amigo. No obstante, he de advertirle que mis conclusiones pueden diferir de sus deseos, porque nada ni nadie puede apartar a antoniadis9.com de su riguroso deber de trovador navideño. Y si, hipotéticamente, el Rey Melchor se mantiene soltero por algún vicio inconfesable (que no digo que sea el caso), deberá asumirlo con deportividad y resignación.

Vamos con el ensayo “Sobre La Soltería Del Rey Melchor (II)”

Misiva recibida desde el más lejano Oriente, en el día de hoy, veinticuatro de diciembre de dos mil dicecisiete

Querido Antoniadis9:

Vaya por delante la más sincera felicitación navideña.

Lamento oír que nuestro común amigo Carlos ha, digamos, reducido su fe en SSMM Los Reyes Magos de Oriente. Puedo alcanzar a comprender lo difícil que puede ser comprender, en el sentido más clásico de la lógica presocrática, esta serie de aparentes contradicciones en las que nos vemos inmersos. Especialmente para un niño, incluso para un niño que se ha hecho hombre con el devenir de los meses. Aprovecho para disculparme en mi nombre y en el de mis compañeros.

Pero no debes olvidar que si mi nombre es Melchor, mi primer apellido es Mago (En realidad es un apellido compuesto Rey-Mago) y por tanto, es en ese ámbito de actuación en el que podemos llegar a encuadrar algunos de nuestros episodios vitales.

Podrás oponer a este argumento que, cuando en las Sagradas Escrituras se nos nombra, se refiere en realidad a que nuestros conocimientos de la astronomía eran superiores a los del resto de los mortales, y no tanto a que pudiéramos hacer desaparecer palomas o conejos, o que adivinásemos la carta oculta sin dificultad.

Por ejemplo, el asunto de los regalos. No hay ningún truco que pueda conseguir la entrega simultánea urbi et orbe de los presentes. La explicación es mucho más sencilla: Jugamos con la diferencia horaria. Gracias a los husos horarios, podemos organizar la entrega de los mismos, sin que existan insalvables dificultades técnicas. Bien es cierto que hemos podido desarrollar la logística, gracias a la experiencia acumulada a lo largo de los siglos, pero no diría yo que ese sea el punto fundamental. Al ser Reyes y Magos, disponemos de un alto grado de influencia sobre el equipo, y ya se sabe lo que puede hacer un líder con un ejército bien entrenado. Y como somos tres, cada uno se ocupa de una cuadrícula del mapa, por lo que hemos alcanzado un altísimo grado de eficiencia. No quiero olvidarme de los pajes. Son un colectivo esencial en la cadena de valor de las entregas. Y se ocupan de la recepción y clasificación de las cartas, emails y apps. Son muy reivindicativos, pero cumplen.

En lo que se refiere a mi vida personal, mi primer impulso no ha sido el de proclamar a los cuatro vientos la razón de mi soltería. Creo que es un aspecto enormemente íntimo y no es fácil para mí realizar una confesión de estas características. Pero tampoco puedo asumir en mi conciencia que un chiquillo pierda la fe en nuestra institución simplemente por eso. Por tanto, y aún a riesgo de que la explicación sea más o menos aceptada, voy a contarte toda la verdad, en el convencimiento de que mantendrás la confidencia entre nosotros y tu amigo Carlos.

La verdadera razón por la que he mantenido mi soltería durante todos estos siglos es, simplemente, que no he conocido a la mujer adecuada. Seguramente pensarás: “Pero cómo es posible, con todas las que has debido conocer en este mundo, y algunas serán muy bellas e inteligentes”. Y no te falta razón. Pero aquí viene el pequeño inconveniente: Que soy Rey y Mago.

Como Rey, siempre he tenido la duda de si la mujer en cuestión me quiere a mí, Melchor, o en su defecto a la figura Real, a la Monarquía Mágica. Y esa incertidumbre me ha acompañado durante todo este tiempo. En muchas ocasiones, he tenido la sensación de que había encontrado a la mujer adecuada, pero ahí es donde me he encontrado el segundo problema: Que soy Mago.

Y como Mago, la supuesta virtud de conocer a las personas, poder predecir acontecimientos, o al menos intuirlos, detectar los comportamientos de mis súbditos, etc., no son suficientes para poder manejarme con cierta seguridad en lo que se refiere a la relación con las mujeres. Como Rey y como Mago, pero ante todo como varón, quiero compartir contigo la frustración que supone el no haber podido ser capaz de entenderlas en este tiempo. Ciertamente solo han sido dos mil diecisiete años, lo que a todas luces es insuficiente, pero tenía la secreta esperanza de haber acortado un poquito los plazos. Por lo de ser Mago, ya me entiendes.

Así, ante la posibilidad de encontrarme inmerso en una relación que se presume duradera (porque ya sabes que las mujeres suelen vivir más que nosotros), y sin posibilidad alguna de, al menos, comprender a mi pareja, es lo que me ha llevado a la decisión de mantener mi soltería. Y debido a que soy un personaje bastante conocido, ni siquiera puedo tomarme la licencia de tener relaciones…esporádicas. No hay hotel lo suficientemente discreto, ni palacete suficientemente oculto. Y el personal…ya no es lo que era.

Por tanto, la única salida que me queda es el celibato crónico, lo que he de reconocerte que es una situación incómoda. Pero no tanto como para plantearme la alternativa contraria. Y tienes toda la razón, las mujeres nubias están de muy buen ver, pero es lo que hay. Cuando pasas los quince primeros siglos, acabas acostumbrándote, de alguna manera.

Vamos con tus preguntas:

  •  ¿Tu verdadero nombre es Melchor o Melchiar, como insinúan algunos pijos?
    • Melchiar es mi nombre real, pero en los países latinos no había manera de que se pronunciara correctamente, así que dejé que me llamasen como les diese la real gana
  • ¿Eras el verdadero Rey de Arabia y Nubia?
    • En realidad, todo se debió a un vacío de poder. Se quiso elegir una República, pero entre que los candidatos huyeron a Centro-Europa y que las urnas las teníamos ocupadas con el oro, el incienso y la mirra, se decidió por sorteo, y mira…
  • Si la anterior respuesta es afirmativa, como se explica que tus súbditos nos estén poniendo el precio del petróleo a niveles superiores al Oro (y al incienso y la mirra)
    • Ese negociado lo lleva Baltasar, pero el tema está bastante crudo
  • Eso de que permaneciste virgen durante toda tu vida…¿Será coña, no?
    • Si exceptuamos un asuntillo…Digamos que sí.
  • Si la anterior respuesta es afirmativa, …nada, déjalo.
    • Vale
  • Si la respuesta número 4 es negativa, y todo se reduce a un simple error de traducción del arameo al griego, y considerando que eres Rey y Mago, y además a las mujeres nubias se las reconocía como las más bellas del actual Oriente Medio, cómo, cuántas, …nada déjalo
    • Vale
  • Ese cuarto Rey Mago del que todo el mundo habla, Artabán, que se entretuvo ayudando a un anciano, según lo que cuenta la tradición. ¿No es más cierto que veía menos que un gato de escayola y perdió de vista la estrella? Máxime considerando que los dromedarios de entonces no disponían de sistema de navegación.
    • Tuvo una pequeña colisión con una pirámide, cayó al suelo y tuvo que ser ayudado por un anciano. Esguince grado II. No estaba para Adoraciones. Se quedó con el anciano a pensión completa y cuando se resolvió el esguince decidió regalar las piedras preciosas a todo el que se las pedía. Para mí que la colisión le dejó un tanto…despistado

Mi querido Antoniadis, espero que este 2018 sea un poquito mejor que el anterior, y hago extensivas los buenos deseos a Carlos y el resto de tus lectores.

SM Rey Melchor


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