domingo, 26 de abril de 2015

Entre Ironía y Sarcasmo



Mariano José de Larra
No recuerdo bien a santo de qué, pero se inició una de esas comunes discusiones entre padres cincuentones e hijos adolescentes, de las que nunca suele salir nada bueno, pero que he leído en algún sitio que son convenientes.
Me parece que el tema iba de cuál era la figura literaria que mejor se podría utilizar para afear a alguien su conducta o hacerle ver que sus puntos de vista son disparatados.
Recuerdo que mi hijo recomendaba a todas luces la entusiástica utilización del sarcasmo, como final abrupto a un diálogo de besugos. Yo por mi parte, le recomendaba la ironía como una forma mucho más elegante, más fina y más piadosa de hacer ver a otro que posiblemente esté equivocado. No es que yo no pueda llegar a ser sarcástico, que puedo serlo y lo soy más de lo que debiera, simplemente me parecía que debía transmitir ese mensaje, no sea que algún suspicaz le pueda dar un guantazo. Con la ironía en cambio, suele jugar a favor el umbral de reacción, que viene a ser esos milisegundos en los que te da tiempo a correr como un gamo.
Como no acabé de verle convencido, le ataqué por el lado de los clásicos, usando como ariete a D. Francisco de Quevedo, barriendo para casa inmisericordemente, dado que por un lado Quevedo podía ser sarcástico, irónico o lo que le pareciera y por otro, que desde la atenta lectura a la “Oda a una nariz”, parece que le tiene en cierta estima, considerando que es un adolescente.
Como ví que el camino se allanaba e incluso cogía cierta pendiente descendente, me arremangué dispuesto a ser un padre ventajista. O superviviente. Al fin y al cabo, si quieres transmitirle algo, no debes dejar desaprovechar ninguna oportunidad. Así que desempolvé a mi admirado Larra, y me dispuse a entresacarle los párrafos más granados de su obra literaria.
Fue entonces cuando frenó en seco, aseguró que lo había entendido perfectamente, y se dispuso a contraatacar con la PS3. No sin antes llevarse un correcto ejemplo de ironía cuando le imploré que leyese a Larra antes de los 50, no fuera a hacer lo mismo que con “Viaje al Centro de la tierra”, que a este paso se va a convertir en edición de coleccionista.
Como se me escapó vivo (en esta ocasión), solo he podido atizarle en plan guerrilla urbana algunas frasecillas de D. Mariano, deseando que no me pregunte cuántos años vivió y porqué y cómo murió, ya que si le cuento que se suicidó a los 27 años por un mal de amores, seguro que utilizará la ironía (o el sarcasmo) para preguntarme si estoy seguro de que Larra es un buen ejemplo. Y para superar eso, solo podría contraargumentarle con el organigrama familiar, y reconozcámoslo, es un argumento muy cogido por los pelos.
Los Artículos de costumbres de Larra son un excelente ejemplo de lo que es una ironía fina y educada, pero certera y demoledora. Sírvase este ejemplo autoparódico:

En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mí mismo me he formado, no tengo muy presente en qué artículo escribí (en los tiempos en que yo escribía) que vivía en un perpetuo asombro de cuantas cosas a mi vista se presentaban. Pudiera suceder también que no hubiera escrito tal cosa en ninguna parte, cuestión en verdad que dejaremos a un lado por harto poco importante en época en que nadie parece acordarse de lo que ha dicho ni de lo que otros han hecho. Pero suponiendo que así fuese, hoy, día de difuntos de 1836,declaro que si tal dije, es como si nada hubiera dicho, porque en la actualidad maldito si me asombro de cosa alguna…”

Resulta irónico si analizamos que el autoparódico texto, lo es desde una perspectiva mucho más sagaz y oculta. Autoparodiándose no hace más que ensalzarse, dado que el lecto, obviamente no cree que una figura literaria como Larra no tenga memoria o que para él sus textos no tengan relevancia.
Diríase más bien que esta autoirónica reseña, oculta en cambio uno de los pecados más habituales de la sociedad española, lo que Lorenzo Silva denominaba la Modestia Española, que en verdad no es más que una fabulosa exhibición de soberbia. Nos flagelamos como  sociedad, como país y como individuos que pertenecen al mismo.
Pero resulta sarcástico el hecho de que nuestra sociedad tienda a intentar igualar a ras a todos los individuos que destaquen, especialmente a los que lo hacen para bien, y pongamos como ejemplo a aquellos que descollaron entre nosotros por ladrones, abusones, aprovechados y mezquinos.
Eso sí, si los individuos son pillados en renuncio, la violencia con la que se exige su inmediato ajusticiamiento en plaza pública, queda muy por encima de la Ley, del Estado de Derecho, de sus Instituciones y sus organizaciones, para exigir que se aplique de inmediato los mandatos del pueblo, por encima de todo lo demás. Se exige un gobierno ejecutivo próximo al pueblo, sin atender a los procedimientos democráticos de representación, y pasamos de las urnas a las ondas y del tejido parlamentario a las redes sociales, como lícitos representantes de la voluntad popular.
Si antes mandaba TVE1, ahora parece que manda el whatsapp, las quedadas “espontáneas” y las tertulias voceras. Pero como estos argumentos no van a favor de moda, me quedo tan solo como Larra, aunque con algunos añitos más. El otro bando es el de las redes sociales y la resurrección de Goebbels, más vivo que nunca.
Pues yo, sigo prefiriendo la ironía al sarcasmo, y el susto a la muerte.

miércoles, 22 de abril de 2015

Lluvia De Estrellas

Me ha llamado la atención cuando lo he escuchado esta mañana: Hoy se va a poder visualizar el fenómeno conocido como Lluvia de Estrellas. Lo cierto es que ya lo había escuchado en otras ocasiones y siempre me quedó la inquietud de conocerlo con un poco más de profundidad.


Por tanto, he revisado las diferentes páginas de noticias en internet y me he quedado con una del diario La Voz de Galicia, donde me ha parecido que la información era lo suficientemente exacta y veraz. No me preguntéis porqué, supongo que he debido confundir astronomía con astrología, y en esas artes de brujas y ocultismo, los gallegos nos dan sopas con honda. Y haberlos, hailos.

A través de esta fuente, he podido saber que el cometa que se desintegra parcialmente es el cometa Thatcher. entiendo que con ese nombre, los fragmentos que proyecta serán de armas tomar, como Doña Margaret.

Supongo que en vez de llamarlo "Desintegración de Cometas", que es realmente lo que ocurre, "Lluvia de Estrellas" parece bastante menos lírico y sostenible.
Aunque el nombre técnico más apropiado es el de Líridas. La historia de cómo se le asigna ese nombre me parece bastante original. Al parecer, según la mitología griega, después de que las bacantes mataran a Orfeo, arrojaron su lira al río. Después de esto, Zeus ordenó a un águila que la recogiera y la colocara en el cielo como una constelación.

Tras leer la historia, no he tenido más remedio que profundizar un poquito. Y así, descubrí que las bacantes eran mujeres griegas adoradoras del Dios Baco, que tenían la sana costumbre de subir a un monte y entregarse a unos días de orgía y desenfreno, con alcohol y alucinógenos. También hacían sacrificios animales, y posteriormente se dedicaban a pasarse por los bosques buscando varones a los que incordiar un rato.

Se conoce que en una de esas pillaron al pobre Orfeo por banda, supongo que como final feliz de la orgía, y la lira acabó en el río. Y ahora resulta que esa lira es la que nos congrega esta noche, curiosos y expectantes, en las puertas de las terrazas, en los alfeizares de las ventanas o simplemente tomando una copa en el exterior de un after hours ( o sea un bar de toda la vida pero con las copas más caras)

Como ya iba lanzado, estuve revisando atentamente los consejos para visualizar adecuadamente el fenómeno. Y aunque cada uno de ellos parecía bastante razonable y adecuado al caso, no se como me las ingenié para conseguir encontrarle algún tipo de carga metafórica o simbólica.

  1. Alejarse de las grandes ciudades y pueblos para evitar la luz. La clave es encontrar un lugar lo más oscuro posible.
  2. No intentar ver la lluvia de estrellas fugaces con nubes.
  3. Es inútil emplear telescopios, ya que el campo de visión de estos aparatos es muy cerrado y abarcan una pequeñísima región del cielo.
  4. La observación se debe hacer únicamente a simple vista.
  5. Se verán mejor si nos tumbados en el suelo o sobre una tumbona.
  6. Comenzar a observar nada más oscurecer.

Para mi imaginación desbocada, estas simples propuestas provocaron un alución de posibilidades, de reflexiones y pasiones, doy por hecho que muy alejadas del propósito inicial del periodista. 

Supongo que al estar trabajando indirectamente en el fallecimiento de Orfeo, era completamente inevitable que las musas acudieran a mi auxilio. La mitología griega detalla la existencia de las nueve musas, dirigidas por Calíope, que a su vez era la madre de Orfeo y la encargada de inspirar a los escritores "serios". El negociado de la literatura romántica estaba a cargo de una segundona, su hermana la musa Erato. Es obvia la razón.

Pues Calíope o alguna de sus colaboradoras debió influirme de alguna manera, porque dudo que a mí solito se me pudiese haber ocurrido la idea de relacionar los consejos de visualización de las Líridas con nuestro paso por la vida y sus objetivos.

Antes de que el lector empiece a alucinar o a especular con la idea de que el autor pudiera estar de regreso de alguna orgía de las bacantes, con la lógica sobrecarga de alucinógenos, he de recordar que un escritor comparó los gigantes con los molinos de viento, y todo el mundo le considera uno de los mayores genios de la literatura mundial. Yo, modestamente, reclamo mi derecho a plasmar mis locuras en estas líneas con un mínimo margen de confianza, el que hay entre los amigos.

Porque la idea de alejarse las grandes ciudades y buscar los lugares más oscuros posibles, me parece cargada de simbolismo vital. Huyendo de la interpretación literal, yo diría que ésta recomendación se orienta más hacia la necesidad de dejar de deslumbrarnos por el aparente brillo de las cosas, y concentrarnos en una cierta austeridad moral y material, con el fin de poder observar los grandes fenómenos de la vida con mucha mayor claridad. 

La siguiente recomendación parece recomendarnos una perogrullada, que podremos ver más nítidamente la "Lluvia de Estrellas" en ausencia de nubes. Parece obvio.  Pero el sagaz lector descubrirá implícitamente una metáfora de la conocida idea de San Ignacio de Loyola "En tiempo de tribulación, no hacer mudanza" , lo que en traducción libre y contemporánea quiere decir que si las cosas no están claras o totalmente borrascosas, parece más razonable estarse quietecito y esperar a que las nubes se desplazen a cualquier otro lugar de la atmósfera.

La tercera recomendación, casi no merece la pena dedicarle un minuto, porque su significado resulta evidente. Habla de un supuesto telescópico y de su reducido campo de visión, cuando su significado real es que en ocasiones estamos demasiado enfocados en un aspecto más colateral de las cosas de la vida, y que necesitqamos alejarnos un  poco para tener una perspectiva más global. Lo que viene siendo la idea general de "Los árboles no nos dejan ver el bosque", uno de los refranes españoles más clásicos y difundidos. 

En cuanto a la recomendación número cuatro, estoy plenamente dispuesto a aceptar diferentes posibilidades semánticas. Mi opinión es que defiende la utilización del conocimiento intuitivo como fuente de sabiduría a la hora de tomar decisiones o forjar una opinión. Es decir, que un conocimiento desprovisto de racionalidad y cargado de emocionalidad, puede ser de una gran utilidad a lo largo de nuestra vida. Estemos o no de acuerdo en el concepto, es muy probable que éste fuera el significado de la metáfora, aunque honradamente no puedo descartar que el autor tuviera en su mente algún tipo de comunión etérea de significado incierto. Aunque lo he reflexionado en profundidad, no he encontrado nada un sentido freudiano a esta frase.  Dadme tiempo.


De la sexta ni hablo. Decir que se observa mejor el fenómeno tumbado o en la hamaca no es , desde luego una propuesta ergonómica ni de confort. Es una obvia figura literaria que recomienda la reflexión previa y prolongada a la hora de tomar decisiones. De ahí la obvia metáfora con las hamacas y el reposo. Ninguno de los magníficos lectores de antoniadis9 ha podido caer en tan burda trampa semántica. 

Y por último, la más difícil. Me ha costado muchísimo encontrar el oculto mensaje que incuestionablemente refleja tan breve frase: "Comenzar a observar nada más oscurecer" ¿Puede referirse a la mayor capacidad crítica que se alcanza con la edad, es decir, con el oscurecer de la vida? ¿Pondera favorablemente los encantos de la hora nocturna? ¿Da por hecho que la vida es tedio, y por tanto oscuridad, en el más puro estilo cínico de Emil Cioran? Confieso que necesito la ayuda del lector, para que arroje luz ante tamaño misterio.  

Como reflexión final, podríamos concluir que somos capaces de encontrar los mensajes y las señales que marcan el camino a la consecución del objetivo. Como escribiera Julio Verne en su Viaje al Centro de la Tierra, hay que estar muy atentos a las pistas que deja Arne Saknussem para poder llegar al final, al propio centro de la tierra. A veces las encontramos en un pergamino, otras en una roca, otras en un libro y otras en las personas. Y esto sí que no es metafórico.   




miércoles, 15 de abril de 2015

Marzo relatos 2015 "Por Osmosis"

POR ÓSMOSIS
Por: Antonio Llamas Sandino
  en  el  alto  balcón  de  tu  silencio.
Desde  ese  púlpito  imaginario. Impartiendo  catequesis  de  vida.  Transpirando  pasión  y  sosiego.
Perforando diques y barreras, invadiendo las entrañas de tus fieles, los cautivados, los abducidos, los enamorados.
Y  no  es  por  elocuencia,  ni  mensajes,  ni  apariencia.  Pero  nos transformas.  Al  principio  nos  inundas,  luego  nos  convences  y  por último nos cambias. Quizá por ósmosis, quizás por hipnosis, quién sabe si es inducción.
Y  cuando  nos  dejas,  con  la  única  compañía  de  tus  consejos,  tus visiones  y  tus  ruegos,  lo  aceptamos,  con  resignación,  miedo  y paciencia. Desolados, pero no abandonados. Anhelando tu visita, la próxima, ojalá la inminente.

sábado, 11 de abril de 2015

Contenidos De Valor

Fue en la primera clase. Así, sin anestésicos ni sedantes. Curso de Community Manager. El profe dijo " los blogs deben tener contenidos de valor para que sean atractivos para el público "
Confieso que sentí un latigazo que me despertó de forma abrupta, como cuando has trasnochado y el despertador te recuerda tus obligaciones. La duda me asaltó inmediatamente: ¿Mi blog aporta contenidos de valor?
Mientras reflexionaba este extremo, iba aportando explicaciones, justificaciones o simples excusas para el hipotético caso de que la respuesta a la pregunta fuese un "no" rotundo.
La primera de ellas es que al fin y al cabo no escribo para los lectores, escribo para mí. Y por tanto, a mí si que me aporta un contenido de valor, la autosatisfacción. Claro que si lo que redacto no es bueno, entonces no estoy nada autosatisfecho. Y encima soy egoista. Y falso como un billete de tres euros. Si no quiero que me lean no escribo un blog, escribo un word y lo guardo en mi disco duro.
La siguiente excusa, considerando que el orden es de mayor a menor fortaleza, es que escribo cosas, reflexiones, absolutamente personales y de temas generales. Y los lectores son cada uno de su padre y de su madre. Y de países y continentes variados. ¿Cómo puedo pensar en aportar valor a tanta gente y tan heterogénea? Si al menos preparase textos o comentarios de una materia concreta, podría ser más sencillo. Y si me esforzase, podría parecer que entiendo de algún tema. Con fijarse en los de las tertulias es suficiente. Igual hablan de la prima de riesgo que de la ley del aborto o la autodeterminación de El Bierzo.
Esta no es de las peores, pensé. Hay algo de razón. Si al menos supiera porqué hay gente que sigue mi blog, me haría una idea. Me da que en el curso me van a explicar que esto no puede ser ciencia ficción, que hay métodos para averiguarlo. Prometo enterarme.
Y así, poco a poco llegué a la conclusión de que en efecto, quizás no aportaba contenidos de valor. Pensé en adjuntar videos, fotografías, enlaces. Incluso en declamar mis textos, editarlo, crear un videoblog. Todo me parece bien, son formas de expresar las ideas, de hacer llegar a los demás todo aquello que quieres decir y que crees que puede interesar.
Lo que tengo cristalino es que mi blog puede no aportar contenidos de valor, no podría jurarlo. Pero no es menos cierto que necesito mucho valor para escribrirlo. No es fácil exponerse a la crítica de desconocidos, pero mucho menos a la de los conocidos, especialmente las de las personas que quieres.
Obviamente es más sencillo encajar una crítica profesional, un punto de vista distinto o matizado sobre algo a lo que te dedicas. Incluso sobre aficiones o intereses. Si te gustan las motos de carretera, escribes sobre ellas y alguien te dice que prefiere las de campo, no te afecta en exceso. Hay tantos gustos como personas. Excepto en la música. Ahí, ni una broma. La música empieza con Love Me Do en The Cavern de Liverpool y acaba en la terraza  azotea de los Apple Corps en Londres, con un poco premonitorio Get Back. Todo los demás son versiones más o menos afortunadas. Quizá exagere una chispa. Hay un tal Mozart que no era malo del todo.
Estas consideraciones me han obligado a reflexionar seriamente sobre el enfoque de este blog. Quizá debería abrirlo al mundo, llegar a más personas, utilizando las enormes posibilidades de las que voy teniendo conocimiento a través de este curso.
Lo que pasa es que si ahora mismo ya me planteo que pueda tener una vena narcisista o exhibicionista, si me dedico a promocionarlo, ya ni os cuento. Y la vergüenza que supone. Es como si la frutería del mercado del barrio, la que tiene los tomates que saben a tomate, se dedicara a venderlos por internet. Vale, que hay muchas que lo hacen. Me callo.
Luego está la incomodidad de que la gente te asalte por la calle al reconocerte como ese autor del blog de moda. Que quieran hacerse selfies contigo. Que te pidan retweets o firmas o fotos. Es que no acabo de verlo. Entrevistas, tertulias, actos benéficos por doquier. Debe ser muy molesto.
Quizá podría encontrar un término medio. Dejar al boca a boca que haga su función y que cada uno me siga si le apetece. Claro que eso es lo que estoy haciendo ahora mismo.
Pues lo único que se me ocurre es intentar transmitir cada vez mejor, con mayor riqueza gramatical, sintáctica y semántica. Rebajar el listón de mis vergüenzas y exponerme con mayor riesgo. Escribir con el corazón y con el alma. Y que sea lo que la red quiera.