En la reja que separa el horizonte, dejé anudado tu pañuelo
Y en la senda de regreso, coloqué unos cuarzos brillantes
Para que te sirvan de referencia en el camino desde el cielo
He recolectado estos días, algunos frutos y bayas silvestres
Colocando cada media jornada un pequeño hatillo
Que no retrases tu viaje a causa de pequeños menesteres
Mi alma se vuelca en cada vuelta que doy al reloj de arena
Percibo cada granito como una avalancha de piedras
E instintivamente me protejo con una foto, con tu recuerdo
Es tu ausencia la que me perturba, la que me nubla el sentir
Es tu ausencia la que trae a mi mente a Penélope y Odiseo
Es tu ausencia la que me dice: Espera, aguanta, y seremos felices
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